sábado, 26 de septiembre de 2020

¿Cómo te ayuda el Rosario?




Cuando uno llega temprano a misa ve que hay un grupo de personas repitiendo oraciones una tras otra.


¿Pero qué es lo que están rezando? Se trata del Rosario.

Cuando yo era chico esa “cosa de viejas” me parecía aburrida, pero al crecer me dio curiosidad y de a poco empecé a prestar atención a las oraciones, y aún sin participar, comencé a repetir mecánicamente las oraciones, eso me hacía sentir que cuando empezaba la misa, podía prestar atención.

Una persona me explico el rosario y las oraciones, no fue cuestión de un día para el otro, pero lo comencé a rezar con ganas y teniendo conciencia de cada parte de cada oración, eso me llevaba a un estado de paz interior y tranquilidad.

Siempre llevo conmigo un Rosario, pero no como un adorno, sino como un arma, para combatir el enojo o los malos momentos, por ejemplo, cuando estoy en una cola interminable y todo el mundo protesta, saco mi rosario y empiezo, aunque sea unas pocas oraciones y eso me aleja de la “mala onda”.



Rezarlo bien requiere una cierta práctica, y no es necesario al principio saberse todos los misterios, con rezar los Padrenuestros, las Ave María y Glorias está bien, pero con el tiempo se acaban aprendiendo de memoria los diferentes Misterios y Oraciones Jaculatorias. Existen unos prácticos ayuda memoria de bolsillo.

El Rosario es una oración orientada por su naturaleza hacia la paz, es también, desde siempre, una oración de la familia y por la familia. esta oración es apreciada particularmente por las familias cristianas, y ciertamente favorece su comunión. Mi madre solía decir, que rezar el rosario era tan sagrado porque en él estaba todo Jesús y toda María. Por eso, se hace necesario, que el santo rosario ocupe un espacio vivo en los hogares.

Nuestra Señora de Fátima, en su milagrosa aparición, pidió a los niños que se tomaran en serio lo de rezar el Rosario todos los días por la paz en el mundo. Entonces, ¿por qué no aprender a rezarlo y meditarlo en profundidad?

San Juan Pablo II dijo: “El rosario es mi oración predilecta”, también dijo: Es una oración apreciada por numerosos Santos y fomentada por el Magisterio. En su sencillez y profundidad, sigue siendo también en este tercer Milenio apenas iniciado una oración de gran significado, destinada a producir frutos de santidad.

El Rosario es una oración connatural a la gente sencilla que reconoce la elegancia de Dios para hacer nacer a Jesús, el Salvador del vientre inmaculado de la Virgen María. Por eso en cada decena de las avemarías se medita el sufrimiento, la lucha y el triunfo en ese caminar de Jesús por el camino de la vida, donde la Virgen estuvo presente y actuante para ayudarle a cumplir su misión salvadora. Está centrado en el Crucifijo, que abre y cierra el proceso mismo de la oración. En Cristo se centra la vida y la oración de los creyentes. Todo parte de Él, todo tiende hacia Él, todo a través de Él, en el Espíritu Santo, llega al Padre.

No voy a profundizar en cómo se reza ni cuantos Misterios hay, ya que sería una clase, sino que voy a contar un cuento para tratar de explicar porque es bueno rezarlo.

“ Cierto día estaba rezando mi rosario cuando se acerca una persona, un conocido Ateo, que me dice:

- Porqué le rezás a La Virgen en vez de rezarle a Dios?

-Si yo voy al médico, quiero que me atienda él y no su mamá.

Bajé mi Rosario y le contesté:

-Si llegas al consultorio del médico y él no está, pero está la madre, ¿No le pedirías a la madre que lo llame a su hijo para que venga a atenderte?

- Te aseguro que el médico se apuraría para cumplir con el pedido de su mamá, ya que un hijo siempre quiere hacer feliz a su madre. Y Dios no es la excepción.

Ante esa respuesta pidió disculpas por la interrupción y se alejó”


Siempre es bueno tenerlo a mano a la hora de dormir, ya que al orar uno se calma y puede conciliar el sueño mucho mejor.

Al rezar un Rosario tienes la magnífica oportunidad de experimentar en la fe ese amor a Dios en María Santísima.

Los invitamos a conocerlo y rezarlo, verán como poco a poco se hace un hábito sano que produce paz y una armonía espiritual que mejorará sus relaciones familiares y con el resto de la comunidad, ya que la gracia de Dios descenderá sobre ustedes por intermedio de la Virgen María.




Área de catequesis. Catequistas: Claudio Villani y Rita Lozano.

 

miércoles, 23 de septiembre de 2020

LA VERDADERA ALEGRÍA CRISTIANA.


Esta nueva sección en la página son pequeñas catequesis realizadas por el grupo de Catequistas de nuestra Parroquia, fruto del trabajo y reflexión en el transitar de la Pandemia que estamos viviendo. Esperamos que les sirvan para crecer en la fe y vivir de acuerdo a lo que Jesús nos enseñó. Los invitamos a disfrutarlas…

LA VERDADERA ALEGRÍA CRISTIANA

Seguramente alguna vez te paso…

Es una realidad que hay momentos en el camino de la vida humana que nos sentimos tristes y desesperanzados. Como hoy en día, que no podemos salir, visitar a nuestros familiares, no podemos asistir a la Santa Misa, no podemos recibir a Cristo Sacramentado.

El trabajo, las  obligaciones diarias se tornan pesadas y rutinarias. El mal humor, las quejas y reproches aparecen casi sin darnos cuenta. Nos ponemos pesimistas y todo cuanto se nos presenta parece ser terrible y sin posible solución.

Así la tristeza, el desgano y las lamentaciones se van apoderando de nuestro corazón y apenas podemos ver lo que sucede a nuestro alrededor.

Seguramente alguna vez también te preguntaste si la alegría será estar riéndose a carcajadas, si la alegría será ir contando chistes todo el día o si simplemente será no pensar en los problemas...

Muchas veces te habrás preguntado cómo puedo hacer para sacarme todo este peso que llevo durante días y recuperar algo de alegría.

El Papa Francisco en su homilía en Santa Marta del 28 de mayo definía la alegría como…« la respiración, el modo de expresarse del cristiano»… y agregaba a continuación…«no es algo que se compra o yo la hago con el esfuerzo: no, es un fruto del Espíritu Santo»

 

Nos sentimos como los discípulos de Emaús (Lc.24,13-35.), quienes cegados por la tristeza de la muerte de Jesús no lograban ver que ÉL caminaba junto a ellos. En nuestro caminar de cada día la tristeza no solo no nos permite actuar con razonamiento claro, sino que también nos impide estar Junto a ÉL ya que es la presencia del Resucitado la que transforma nuestras vidas para siempre.

Caminemos junto a Jesús como lo hicieron los discípulos y unidos a la Eucaristía encontraremos el consuelo y la fuerza para seguir luchando frente a los obstáculos de la vida.

Agrega El Papa Francisco en la misma homilía… "no se puede vivir cristianamente sin alegría, al menos en su primer grado que es la paz". El primer paso para la alegria es la paz, que solo podemos abrazar si estamos en el mismo camino de Jesús.

Muchas veces estamos tan apegados a los bienes de la tierra que no podemos ver los verdaderos bienes: la alegría de haber sido elegidos por Jesús, salvados por Jesús y la alegría de saber que nos espera para la eternidad. Un verdadero cristiano es un hombre y una mujer de alegría capaz de llevar su cruz con amor y alegría.

Basta con contemplar las maravillas de la creación para descubrir las bellezas más puras que irradian una autentica alegría, como el amanecer, la puesta del sol o los colores del otoño entre otras.

Pidamos juntos que Jesús siempre esté en nuestro camino como le pidieron los discípulos aquella misma noche en Emaús "Quédate con nosotros, porque ya es tarde y el día se acaba".

Seguramente que con Jesús como centro de nuestras vidas lograremos la verdadera alegría cristiana.


Área de catequesis. Catequistas: Patricia Maroto y Miriam Doprado.