Esta nueva
sección en la página son pequeñas catequesis realizadas por el grupo de
Catequistas de nuestra Parroquia, fruto del trabajo y reflexión en el transitar
de la Pandemia que estamos viviendo. Esperamos que les sirvan para crecer en la
fe y vivir de acuerdo a lo que Jesús nos enseñó. Los invitamos a disfrutarlas…
LA VERDADERA ALEGRÍA CRISTIANA
Seguramente
alguna vez te paso…
Es una realidad que hay
momentos en el camino de la vida humana que nos sentimos tristes y
desesperanzados. Como hoy en día, que no podemos salir, visitar a nuestros
familiares, no podemos asistir a la Santa Misa, no podemos recibir a Cristo
Sacramentado.
El trabajo, las obligaciones diarias se tornan pesadas y
rutinarias. El mal humor, las quejas y reproches aparecen casi sin darnos
cuenta. Nos ponemos pesimistas y todo cuanto se nos presenta parece ser
terrible y sin posible solución.
Así la tristeza, el desgano
y las lamentaciones se van apoderando de nuestro corazón y apenas podemos ver
lo que sucede a nuestro alrededor.
Seguramente alguna vez también te preguntaste si
la alegría será estar riéndose a carcajadas, si la alegría será ir contando
chistes todo el día o si simplemente será no pensar en los problemas...
Muchas veces te habrás
preguntado cómo puedo hacer para sacarme todo este peso que llevo durante días
y recuperar algo de alegría.
El Papa Francisco en su
homilía en Santa Marta del 28 de mayo definía la alegría como…« la respiración, el modo de expresarse del
cristiano»… y agregaba a continuación…«no
es algo que se compra o yo la hago con el esfuerzo: no, es un fruto del
Espíritu Santo».
Nos sentimos como los discípulos
de Emaús (Lc.24,13-35.), quienes cegados por la tristeza de la muerte de Jesús
no lograban ver que ÉL caminaba junto a ellos. En nuestro caminar de cada día
la tristeza no solo no nos permite actuar con razonamiento claro, sino que también
nos impide estar Junto a ÉL ya que es la presencia del Resucitado la que
transforma nuestras vidas para siempre.
Caminemos junto a Jesús como
lo hicieron los discípulos y unidos a la Eucaristía encontraremos el consuelo y
la fuerza para seguir luchando frente a los obstáculos de la vida.
Agrega El Papa Francisco en la misma homilía… "no se puede vivir cristianamente sin alegría, al menos en su primer grado que es la paz". El primer paso para la alegria es la paz, que solo podemos abrazar si estamos en el mismo camino de Jesús.
Muchas veces estamos tan apegados a los bienes de la tierra que no podemos ver los verdaderos bienes: la alegría de haber sido elegidos por Jesús, salvados por Jesús y la alegría de saber que nos espera para la eternidad. Un verdadero cristiano es un hombre y una mujer de alegría capaz de llevar su cruz con amor y alegría.
Basta con contemplar las maravillas de la creación para descubrir las bellezas más puras que irradian una autentica alegría, como el amanecer, la puesta del sol o los colores del otoño entre otras.
Pidamos juntos que Jesús siempre esté en nuestro camino como le pidieron los discípulos aquella misma noche en Emaús "Quédate con nosotros, porque ya es tarde y el día se acaba".
Seguramente que con Jesús como centro de nuestras vidas lograremos la verdadera alegría cristiana.
Área de catequesis. Catequistas: Patricia Maroto y Miriam Doprado.
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